jueves, 2 de octubre de 2014

Un Ducatón 1636

"Historia es, desde luego exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió" Enrique Jardiel Poncela.


Tenemos dos opciones: mirar este disco metálico como lo que es, un " simple" disco de metal o bien ir más allá y entender a la moneda como testigo clave de los intercambios y de la economía de los pueblos, así como de su historia política, geográfica, religiosa etc. Es simplemente una cuestión de respeto por los "mayores". Cualquier cosa que lleve en la tierra cuatrocientos años debería ser respetada y por qué no, estudiada.

Y es que cuando se emitió esta moneda, no existía la máquina de vapor, ni se sabía lo que era un grado centígrado, ni siquiera se había inventado la cerilla, por poner tres ejemplos. Cuando se emitió esta moneda reinaba Felipe IV, el rey Planeta, era la época del Conde Duque de Olivares, de la batalla de Breda, del auge de las monarquías absolutas, del barroco y del siglo de oro español. La edad moderna en pleno apogeo.

A menudo los que coleccionamos monedas españolas nos centramos, sobre todo, en las cecas peninsulares o en las americanas, olvidándonos de que el imperio también acuñó moneda en lugares como Amberes o Bruselas, que formaban parte por aquel entonces de los llamados Países Bajos españoles. Este ducatón, así se llama esta moneda, presenta un buen estado de conservación a pesar de que la leyenda no sea fácil de leer: Felipe IIII por la gracia de dios rey de España y las Indias, reza en el anverso, mientras que en el reverso podemos entender: archiduque de Austria, Duque de Borgoña y Brabante. Es complicado encontrar un ducatón donde tanto la leyenda como el busto y/o escudo presenten ambos, a la vez, una buena acuñación.


Una curiosidad para finalizar: si nos enseñaron en el cole que el número cuatro en romano era IV, ¿por qué aquí aparece Felipe IIII? Teorías sobre por qué se utiliza en muchas ocasiones los cuatro palitos en lugar de IV hay varias, ahí está San Google para explicarlo: que si Júpiter, que si el error de un viejo relojero... sinceramente a nosotros no nos termina de convencer ninguna, aunque todas son realmente curiosas.

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